Después de una lesión es preciso realizar una readaptación deportiva, evitando así el riesgo a recaer o agravar la lesión, mediante un entrenamiento funcional y personalizado para cada deporte, mejorando las cualidades físicas: fuerza, potencia, resistencia, coordinación y agilidad.
Entrenaremos la coordinación neuromuscular maximizando la velocidad de reacción muscular, mejorando el rendimiento y reduciendo el riesgo de lesión, por ejemplo con ejercicios de propiocepción, que son la clave para evitar recaídas.
Re-introducción progresiva en un entorno controlado los diferentes gestos deportivos implicados (carrera, cambios de dirección, velocidad, saltos, potencia, resistencia,…) testando los tejidos lesionados para someterse nuevamente a cargas máximas.
Sin olvidar el re-entrenamiento de la capacidad cardiorrespiratoria ya que a menudo una lesión va asociada a largos periodos de inactividad física donde el individuo pierde su estado de forma.